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NUEVA YORK (AFP) - Después de los vibrantes colores de Custo Barcelona y el arte pop de Tommy Hilfiger, Carolina Herrera trajo el lunes un poco de calma y elegancia a la Semana de la Moda en Nueva York, donde más de 250 diseñadores presentan sus colecciones de primavera-verano 2012.

Herrera, eterna favorita de las divas de Hollywood, propone para la próxima temporada siluetas simples, cortes fluidos y hombros al descubierto.

Para el día priman los shorts blancos que parecen faldas, los vestidos con estampados de aves en verde claro y amarillo canario o rojo ladrillo y gris. El motivo se repite en las faldas y pañuelos al tono, y pequeños bolsos redondos y estructurados completan el conjunto.

Para la noche, Herrera apuesta por los vestidos ajustados al cuerpo sin mangas o strapless, de un plateado deslumbrante, amarillo brillante o verde esmeralda.

"Me gusta la idea de elegancia y complejidad, pero tanto en una prenda como en una fragancia la complejidad debe parecer simple", ha dicho la diseñadora, de origen venezolano.

La actriz Renee Zelwegger, que suele llevar creaciones de Herrera en la alfombra roja, estaba en primera fila, vestida de gris tenue.

El rapero del momento, Nicki Minaj, con una enorme peluca platinada y un suéter de pompones multicolores, seguía el desfile junto a Anna Wintour, la legendaria editora de la edición estadounidense de Vogue y reina indiscutida de la moda.

El chino VLOV, inspirado según dijo en la letra V, presentó su colección de alta tecnología, de un ascetismo extremo, principalmente en gris y azul.

Al final de la jornada, el norteamericano Betsey Johnson se atrevió a lo impensable. En un ambiente donde la regla es que los rostros de las modelos no expresen nada, para no opacar la ropa, mostró modelos sonrientes, con los labios pintados de un llamativo color rosa, para presentar su coleción sexy y desinhibida. Y a los 69 años, el diseñador se presentó en la pasarela y saludó incluso con una voltereta.

El domingo, cuando la Gran Manzana y el resto de Estados Unidos conmemoraban con sobriedad el décimo aniversario de los atentados del 11 de septiembre de 2001, la Semana de la Moda vivía su frenético ritmo habitual, con más de 30 espectáculos diarios. Diane von Furstenberg reconoció la solemnidad de la fecha entregando al final de su desfile pequeñas banderas de Estados Unidos a los espectadores en la primera fila.

Entre las presentaciones destacadas sobresalió la de Donna Karan, quien dio a conocer su nueva colección en un depósito, con un taxi neoyorquino como telón de fondo. Karan ofreció su visión de mujeres elegantes y sofisticadas, todas con el pelo suelto y sombreros grandes, tanto para conjuntos clásicos de ciudad, a menudo en blanco y negro, como para la ropa de playa.

Custo Barcelona, la firma de los hermanos Custo y David Dalmau, no decepcionó con sus peculiares diseños para hombres y mujeres con estampados contemporáneos, extrañas sandalias y telas sintéticas de aspecto brillante y metálico.

La Semana de la Moda en la Gran Manzana seguirá hasta el jueves con unos 70 desfiles más previstos.

Nueva York es la primera de estas citas de estilo y diseño para la élite del mundo de la moda. A continuación, vendrán las de Londres, Milán y París.

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